Después del fracaso de
la negociación y del escaso número de trabajadores de las áreas
corporativas que nos hemos adscrito al expediente de forma voluntaria, porque
las condiciones finales solo eran atractivas para muy pocos, se inicia hoy una
semana de tensión para todos los trabajadores potencialmente afectados.
El resultado final del
expediente está ahora exclusivamente en manos de la Dirección,
ya que al no haber habido acuerdo, no tiene por qué respetar ninguna de sus
ofertas anteriores, aunque tampoco tiene por qué no hacerlo.
Después de estar en la
plantilla de Isdefe desde su fundación, creo que la empresa es un cuerpo vivo
con sus virtudes y sus defectos y, sobre
todo, con sus personas, muchas de las cuales pueden causar baja forzosa en
el próximo fin de semana. Como seguramente les sucede a muchos veteranos de la
empresa, creo que un ERE de estas características no se ajusta a la forma de
ser de nuestra empresa en sus 28 años de existencia.
¿Qué características ha
tenido el ERE?
En síntesis, el
ERE ha sido decidido y gestionado por elementos ajenos a la tradición
e idiosincrasia de Isdefe.
- El ERE surgió por la decisión
política del Gobierno de hacer una fusión con INSA que no tenía ninguna justificación
técnica ni económica, solo la voluntad política del Gobierno de reducir el
número de empresas públicas.
- El ERE ha afectado
exclusivamente a las tres direcciones corporativas de la Empresa, formadas
por 140 trabajadores de la antigua Isdefe y 40 de la antigua INSA.
- Sin embargo, todo el proceso de
tramitación y negociación del expediente se ha gestionado por entidades,
directivos y sindicalistas, ajenos a la tradición de la empresa.
- El plan de redimensionamiento
fue realizado por ATK, una consultora externa, que ha elaborado un
informe de carácter teórico, plagado de errores e
imprecisiones, que demuestra un profundo desconocimiento de
nuestra empresa y que no ha pedido ni colaboración ni opinión a los
cuadros directivos de la misma.
- Los dos directores que han
tenido mayor protagonismo en la gestión del expediente, Administrativo
Financiero y RR.HH. son, prácticamente, unos recién llegados a
Isdefe, que no han tenido ocasión de asumir "la forma de ser de la
empresa", dicho esto dentro de la consideración personal y
profesional que me merecen los dos.
- La comisión negociadora,
nombrada por las secciones sindicales de CC.OO. y UGT, estaba dirigida
por un "compañero" que acababa de incorporarse a Isdefe y que
tampoco tenía suficiente conocimiento de la empresa. Los otros cuatro
miembros de la comisión, con un nivel sindical muy bajo y una experiencia
de negociación nula, tuvieron una actuación de meros comparsas y alguno de ellos ni siquiera asistió a
más de la mitad de las reuniones, porque estaba de vacaciones.
En definitiva una buena
parte de los elementos que han participado en la gestión este proceso eran,
en términos reales, ajenos a la historia de Isdefe.
¿Se puede hacer algo todavía para minimizar los daños del ERE?
No es la primera vez que manifiesto preocupación por los graves perjuicios que el puede tener el ERE para la empresa, más allá de los daños directos que van a sufrir los trabajadores afectados, que desde luego son los más importantes.
La dirección se va a
encontrar, por un lado, con una plantilla envejecida, desmotivada y
decepcionada y por otro la reducción de la efectividad de los servicios
corporativos puede ser muy notable.
Los sindicalistas solo podemos advertir de los riesgos pues ya no hay negociación posible pero la Dirección tiene que tomar sus últimas decisiones:
- Hay que esperar que los Directores
y Gerentes afectados empiecen a ejercer presiones para reducir el número de
despidos. Desde aquí les pido que intensifiquen esas presiones
al máximo posible.
- Los Directores y Gerentes de
las áreas Operativas también tienen un papel que jugar, reclamando para
ellos, con la máxima generosidad posible, la integración en sus áreas de
algunos trabajadores afectados por el ERE, que en muchos casos han tenido
funciones operativas anteriormente.
- Los responsables último del ERE
tendrían que:
- Flexibilizar al alza el
dimensionamiento de las áreas corporativas, 116 personas son
insuficientes para cubrir todos los servicios.
- Reconsiderar algunas
peticiones de baja indemnizada de trabajadores que actualmente están
en áreas operativas y que pueden
ser fácilmente intercambiables.
- Recuperar la oferta, que
aceptaron en su momento, de ofrecer excedencias especiales indemnizadas
con derecho a retorno que, aunque de entrada no eran muy atractivas, podrían serlo
frente a una alternativa de despido y, en todo caso, son compatibles con
la bolsa de trabajo y ofrecen alguna garantía más a los afectados.
Una última reflexión de
carácter personal y sindical.
Creo que nadie me negará
que he sido el principal introductor del sindicalismo en Isdefe, desde el año
1992.
Soy miembro de CC.OO.
desde el año 1.970, hace 44 años, y en todos estos años he conocido muchas
actuaciones sindicales de distinto tipo, pero nunca, hasta el final de mi
"carrera sindical", he llegado a ver comportamientos como los que he
visto en Isdefe en los últimos meses. No solo las que me han afectado
directamente, que han sido duras, si no y sobre todo, los que han dejado
indefensos a los trabajadores de Isdefe en una situación tan complicada como un
despido colectivo.
Por las responsabilidades que haya podido tener, tengo que pedir perdón a todos los trabajadores de Isdefe.
Tengo que decir, no obstante, en mi descargo y en el de la mayoría de los miembros de la sección sindical de CC.OO. de Isdefe, que las responsabilidades directas de la negociación han sido exclusivamente de nuestro Secretario General, Raúl Peña procedente de la antigua INSA, y del Secretario de Organización y actual presidente del CE Matías González Bolívar.
El 11 de Abril se convocó una Asamblea de la Sección Sindical plagada de irregularidades, que han sido recurridas a los órganos sindicales correspondientes, en la que se aprobaron unos estatutos que configuraban una ejecutiva de tan solo dos miembros, siendo elegidos los antes citados.
A partir de ese momento la S.S. de CC.OO. fueron ellos dos los que tomaron todas las decisiones sin contar con nadie más:
- Qué negociaban las secciones
sindicales, en vez del Comité
- Qué comisión negociadora fuera de
cinco miembros, tres de CC.OO y dos de UGT.
- Que los tres de CC.OO. eran
ellos dos y una compañera que se debió afiliar el día anterior
pues hasta entonces echaba pestes de los sindicatos.
- La ¿estrategia? de negociación
la fijaron ellos solos.
- La Sección Sindical como tal
nunca tuvo conocimiento de nada.
Estas son las vergüenzas
de mi sección sindical, eso sí muy apoyada por el aparato del sindicato. Los
detalles de UGT no los conozco pero, por lo que me ha llegado, deben ser muy
parecidos.
El Comité de Empresa en
su conjunto y la plantilla también tuvieron una información escasa, confusa y
tardía.
A estos cinco
"compañeros" de la comisión negociadora no les queda más camino que
dimitir, lo mismo que a los que formaron su grupo de apoyo. El desastre de la
negociación es responsabilidad suya
No creo que deba dimitir
todo el Comité porque creo que hay una buena parte que se ha mantenido muy al
margen de la negociación, por lo que sus responsabilidades son solo por
omisión. En este grupo hay compañeros con suficiente capacidad para asumir
responsabilidades y mantener la representación sindical hasta que se celebren
nuevas elecciones, en el primer trimestre del año 2014. Una dimisión completa
de todo el comité sería sin duda mucho más estética, pero dejaría a
los trabajadores sin representación sindical alguna durante varios meses, lo
que nos colocaría en una situación peor.
adios alfonso.
ResponderEliminargracias por los años de dedicación sindical. Creo que te has equivocado en muchas cosas, pero también creo que solo se puede equivocar el que actúa. El que se queda sentado esperando a que otros le hagan el trabajo (como he hecho yo) no se puede equivocar.